Bendito Dios, en este día estoy feliz porque tengo la seguridad que te encuentras a mi lado acompañándome sin dejarme solo en ningún momento ¡Que feliz amanezco hoy! Sobre todo, de saber que estás conmigo, tomándome de la mano que tengo siempre tendida para ti, como una nueva oportunidad en cada amanecer.
En este hermoso día que apenas comienza, que tu amado Padre nos entregas como un regalo precioso, para llenarlo de felicidad, primero que todo alzamos la mirada para dar las gracias a nuestro Señor por permitirnos despertar en este nuevo amanecer, con nuestro Padre en el corazón para ser nuestro guía. Te invitamos Dios a que formes parte de nuestra vida.
Ya que tu estas esperando que acudamos a ti, atento a nuestro llamado esperando con ansias que te llamemos a formar parte de nuestra vida y disfrutar tu compañía. Porque escuchas nuestras oraciones cada día, y espera por ti, por mí y por todos nosotros. Cuidándonos y protegiéndonos de todo mal. No te dejaremos solo y te daremos la decisión de aceptarte cada día en nuestra vida. Aunque a veces no entendamos tus designios todo lo haces para nuestro bien.
Ayúdanos a aceptar las lecciones que vienen impresas en cada circunstancia que nos toca vivir, te pedimos por favor que estas lecciones puedan llegar a nosotros, aunque en el mismo momento no lo podamos ver. Porque los sentimientos y emociones, no siempre permiten que veamos con claridad. Pero amado Dios, puedes tener la seguridad que nos daremos cuenta que esto nos ayudara para bien.
Conocer tu amable palabra, tus promesas permitirán que nuestra fe en ti aumente. Y para conocer tus hermosas palabras, debemos acercarnos a ti a través del estudio de los libros sagrados, por eso el día de hoy te prometo intentarlo las veces que sea necesario. También contemplare la grandeza de la naturaleza, observando para encontrarte en todo, muy cerca de mí.
Por eso hoy, bendito Padre abro mi corazón con los brazos extendidos hacia a ti para recibir un fuerte abrazo que Jesús, también nos da para siempre. Y nunca mas nos sentiremos solos, porque estarás allí presente a nuestro lado, jurándonos incondicionalidad y la paz bendita que solo tu sabes dar. Entregamos en tu nombre las angustias y preocupaciones en tus manos, para poder esperar con fe sin dudar para que todo llegue a su tiempo.
Hoy cumplimos nuestras obligaciones Padre con la suficiente alegría, tan fuertes y optimistas para que te sientas orgullosos de nosotros, Padre celestial que vas a nuestro lado. Hoy honramos nuestro compromiso, no perdemos la fe y miramos cada día como una nueva oportunidad de acercarnos al Dios todo poderoso para captar todas las bendiciones que tienes preparado para nosotros en cada circunstancia que nos toca vivir.
No pierdo mi fuerza porque estás conmigo a mi lado ayudando a llevar nuestras cargas, presto a salir en nuestro auxilio a darnos el abrazo que necesito. Te doy mis gracias y reitero mi fe contigo, para que sepas que siempre creeré en ti, en cualquier momento incluso aunque todo se torne difícil. Amén